sábado, 13 de junio de 2009

Camino a la reposición


La primera vez que vi Camino a la perdición (de Sam Mendes, quien recientemente nos deleitó con el peliculón que es Revolutionary Road) fue hace unos cuantos años, en un avión, ya empezada y continuamente cabeceando hasta caer preso del sueño. Cuando la emitieron hace un tiempo por televisión apenas recordaba nada de la película, y pude comprobar que se trataba de una obra realmente buena. Por eso hace poco me supo mal comprobar que acababan de echarla otra vez y me la había perdido. Pero, por suerte, si para algo sirve la TDT, aquel gran invento (modo sarcástico on), es para ver reposiciones, y así es como he podido disfrutar de nuevo con tan apasionante film.

Se trata de una película de gángsters, género que tanto gusta a todo el mundo, pero un tanto peculiar. Cuenta la historia de Michael Sullivan (Tom Hanks), un fiel trabajador para el líder de un clan mafioso (Paul Newman), y su hijo, de nombre idéntico. La relación entre padre e hijo no es demasiado estrecha hasta que, por un simple error, por mala suerte, pierden a toda su familia y deben iniciar un viaje para salvar su vida. Es entonces cuando Michael se ve obligado a elegir entre su lealtad, la venganza o la supervivencia, emprendiendo un camino que sólo tiene una salida posible, pero que por lo menos servirá para estrechar lazos con su hijo.

El film se desmarca de la típica historia de gángsters en un sentido: es un drama en toda regla. Pocas cosas buenas les ocurren a padre e hijo a lo largo de las dos horas de metraje. Cuando por fin acaba, el espectador se descubre totalmente emocionado por lo que acaba de ver y oír. Y no sólo por el contenido, sino además por la forma. Perfectamente ambientada, la película huye de los tópicos del género y adquiere carácter propio. Los pocos tiroteos que tienen lugar están planteados de forma original y nada gratuita, culminando en una silenciosa escena bajo la lluvia digna de ser recordada. La banda sonora logra transmitir una melancolía que dura de principio a fin. La presencia de Paul Newman, que en paz descanse, o el curioso personaje interpretado por Jude Law, entre otras cosas, añaden los alicientes que hacen a esta película altamente recomendable, tanto si te gusta el género o no.

Para acabar, me gustaría ofrecer alguna recomendación a los señores programadores de canales como Neox: si realmente quieren conseguir audiencia en sus canales de TDT, sigan con las reposiciones de contenidos de sus canales principales hasta que tengan algo novedoso que ofrecernos que sea realmente bueno. Últimamente se han empezado a introducir en estos canales series y programas que denotan una total falta de voluntad de inversión y esfuerzo, que únicamente desplazan aún más a estos canales y su audiencia.

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